Félix Cumbé: De Haití al corazón del merengue dominicano
El legado musical de un ícono que trascendió fronteras y ritmos
Félix Cumbé, nacido en Haití, se convirtió en una figura emblemática del merengue y la bachata en República Dominicana, dejando una huella imborrable en la música caribeña.
El mundo de la música caribeña despide a uno de sus más destacados exponentes: Félix Cumbé. Nacido como Critz Sterlin en 1961 en Haití, Cumbé emigró a República Dominicana en 1974, a la edad de 13 años, buscando nuevas oportunidades y un futuro prometedor. Lo que comenzó como un viaje hacia lo desconocido se transformó en una carrera musical que dejaría una marca indeleble en la cultura dominicana.

Desde temprana edad, Cumbé mostró una inclinación natural hacia la música. Su talento innato y pasión por los ritmos caribeños lo llevaron a integrarse en la escena musical dominicana durante la década de 1980. Su primer gran éxito llegó de la mano de la orquesta de Aníbal Bravo, donde compuso y popularizó el tema «El Gatico». Esta canción no solo lo catapultó a la fama, sino que también consolidó su posición como compositor y cantante de renombre.
A lo largo de su trayectoria, Félix Cumbé demostró una versatilidad admirable, incursionando en géneros como el merengue y la bachata. Temas como «Félix Cumbé» y «Déjame Volver», interpretados junto a Fernando Villalona, se convirtieron en himnos que resonaron en las fiestas y celebraciones de todo el país. Su capacidad para conectar con el público a través de letras emotivas y ritmos contagiosos lo convirtió en un favorito entre los amantes de la música tropical.
A pesar de los desafíos y altibajos que enfrentó en su carrera, Cumbé nunca perdió la pasión por la música. En 2012, sorprendió a sus seguidores con el lanzamiento de «Tú no ta’ pa’ mí», una bachata que rápidamente escaló en las listas de popularidad y reafirmó su vigencia en la escena musical. Este regreso triunfal demostró que su talento y carisma permanecían intactos, conquistando a nuevas generaciones de oyentes.
La vida personal de Félix Cumbé también estuvo marcada por momentos significativos. En diciembre de 2022, después de décadas de residir en República Dominicana, obtuvo la nacionalidad dominicana, un reflejo de su amor y compromiso con el país que lo acogió. Este logro fue motivo de orgullo tanto para él como para sus seguidores, consolidando aún más su identidad como artista dominicano.
Lamentablemente, en mayo de 2024, Cumbé sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) que afectó su salud. A pesar de este revés, continuó mostrando una fortaleza admirable y un deseo inquebrantable de seguir compartiendo su música con el mundo. Sin embargo, el destino tenía otros planes. El pasado martes, durante un procedimiento de cateterismo en el hospital Cedimat de República Dominicana, Félix Cumbé falleció tras sufrir varios paros cardíacos. Su partida ha dejado un vacío profundo en el corazón de sus familiares, amigos y fanáticos.
La noticia de su fallecimiento resonó en toda la comunidad artística. Figuras destacadas como Fefita La Grande expresaron su pesar y recordaron con cariño al artista. Fefita, reconocida exponente del merengue típico, compartió: «Mi más sentido pésame para la familia de Félix Cumbé. Dios le dé conformidad a toda la familia y pueda tener el descanso eterno, Félix, Dios mío». Estas palabras reflejan el respeto y la admiración que sus colegas sentían por él.
El legado de Félix Cumbé trasciende más allá de sus canciones. Su historia es un testimonio de perseverancia, pasión y amor por la música. Desde sus humildes comienzos en Haití hasta convertirse en una figura emblemática del merengue y la bachata en República Dominicana, su vida inspira a muchos a seguir sus sueños sin importar las adversidades.
Hoy, sus melodías continúan resonando en cada rincón donde se celebra la música caribeña. Félix Cumbé no solo dejó un repertorio lleno de éxitos, sino también una lección de cómo la dedicación y el talento pueden romper barreras y unir culturas. Su memoria vivirá eternamente en las notas de sus canciones y en los corazones de quienes tuvieron el privilegio de disfrutar de su arte.